12/16/2009

Entrando con aceitunitas... partidas

Para empezar el artículo de hoy tengo que decir que NO me gustan las aceitunas, nada de nada. Si alguna vez ha entrado alguna en mi boca, siempre por desgracia, ha sido una experiencia muy repugnante y dura... me resultan asquerosas, al igual que su olor. Si por mi fuera, todas madurarían y servirían para aceite, que si que me gusta!


Aclarado este tema, entiendo que a la gente le puedan gustar. En mi casa, las aceitunas que más gustan són las verdes partidas i las aliñadas.


En Can Loi, tengo una olivera (llamadme romàntica) porque creo que es un arbol que, junto con el limonero y el naranjo (sobretodo el limonero) no puede faltar en un jardín que se lo pueda permitir, justo al lado de un parterre de perejil. Mi olivo no es muy grande pero ha producido bastante aceituna y hemos recolectado dos barreños llenos de aceitunas escogidas, sin manchas ni picotazos. Pronto tendré otro olivo, de arbequinas, ayer lo compramos.

Mirad que cosa más bella... grandes, brillantes, sanas... i el aroma de la aceituna acabada de recolectar es delicioso... pero después... puajjjj qué asco me dan!


Las aceitunas, una vez escogidas y limpias (basta con pasarlas por un poco de agua para que pierdan los restos de polvo que puedan llevar adheridos) se tienen que partir con un golpe que sea lo suficientemente fuerte como para partir la aceituna pero suave como para que no se aplaste.

En casa, se hace con un mazo de madera y sobre una tabla de cortar, también de madera, que hizo mi padre hace ya mucho tiempo.


Después del golpe mágico del mazo, se ponen las aceitunas en agua para que se limpien de ácidos. Es conveniente lavarlas con un par de aguas y ya están listas para meter en botes al gusto de cada casa.


Para empezar a meter en botes conviene tener la salmuera preparada con la prueba del huevo para que sea el conservante. Para hacer la prueba sólo necesitamos un huevo lo más fresco posible, mejor si es del día, lo ponemos en un cubo con agua i añadimos sal hasta que el huevo flote y salga del agua un trozo del tamaño de una moneda de 2€, paroximadamente.


Es conveniente poner primer las aceitunas en el bote, acompañadas de hojas de limonero, ramas de hinojo a trozos, alguna hoja de algarrobo y trozos de guindilla (si es que las queréis picantes, que he oído que son las mejores), cantos de limón y piel de limón, todo ello haciendo capas , predominando los troncos de hinojo y la guindilla. Para terminar, mi padre que es un hombre a la antigua usanza y por ello tiene una paciencia infinita a pesar de ser un jubilado que refunfuña, prepara un pequeño atillo con ramitas finas de hinojo para ponerlo sobre todo lo anterior y que sirva para mantener las aceitunas siempre cubiertas de salmuera. Después se tapa el bote con la tapa o con un plato y se espera que pasen un par de semanas para que todo tome sabores y se pierda la acidez. Y esperemos que no se vuelvan rancias o blandas...

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